viernes, 13 de septiembre de 2019

Opción 1,¡IR A DIOS!



OPCIÓN 1: IR A DIOS



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Imagen tomada de Google Imágenes

Cuando creo haber aprendido algo nuevo de parte de Dios, casi de inmediato, me hallo debido a alguna circunstancia o experiencia desconocida que llega a mi vida, sintiéndome sin conocimiento, ignorante e incluso desadaptada ante lo que debo enfrentar. Miro a mi alrededor y no tengo nada propio o casi nada útil de lo que echar mano para contrarrestar o hacerle frente a eso inesperado que la vida me lanza encima.. Me desespero o molesto, me desanimo o me frustro, en mi interior surge una voz en contra de Dios pidiendo explicación, ¿Hasta cuándo?- es la pregunta que hago.
De pronto una pequeña luz se prende en mi cabeza, un foco de ilustración y sabiduría se enciende en mi cerebro. Algo me dice en voz casi inaudible, muy apagada y rayando en lo imperceptible: ¡Busca la respuesta donde la hallaste la ultima vez!
¿A donde fui en la pasada experiencia cuando no sabía qué hacer? ¿En qué lugar encontré la respuesta?
Ir a Jesucristo fue mi elección anterior;
¡No puede ser! Allí está. Habiéndole hecho caso a la voz en mi cabeza me encuentro con el dador de las soluciones, mejor aún, ESTE PERSONAJE ES LA SOLUCIÓN y demuestra ser mi amigo y trabaja para ayudarme. Encuentro a mi Dios abriéndome el panorama, enseñándome nuevamente algo. Demostrándome que la respuesta era sencilla, la solución era obvia, pero sin El jamás la hubiese encontrado. El, el Poderoso Dios creador del cielo y de la tierra espera que cada vez que me halle sin soluciones y carezca de destrezas y efectividad en mi repertorio y depósito de herramientas que guardo en mí para enfrentarme a algo, eche mano de una verdadera opción: IR A ÉL. Porque el que se llega a él hallara oportuno socorro y la solución ideal para enfrentar el problema, superar ese obstáculo que se presenta siempre sin avisar, siempre inesperado, siempre inoportuno. Jesucristo el hijo de Dios y siendo Dios mismo, está interesado que yo lo considere entre las opciones, y es cuando me doy cuenta que IR A Él, ES MI MEJOR y ÚNICA opción.
Ahomecat. San Felix Edo-Bolívar Venezuela 2019

Ahora ¡no tengo miedo!


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Ahora, -¡NO TENGO MIEDO!

Desde mi segura orilla no podía comprender como aquellos pescadores de veteranas redes y largas tormentas tuvieran temor a la tempestad, y tampoco podía entender que Jesús durmiera. Y cuando Jesús se levanto y increpo al viento y a la mar y la calma cubrió las aguas hasta el lejano horizonte, mucho más extraño me pareció el proceder de aquellos marinos; - ¡CLARO, YO ESTABA EN LA ORILLA!
Pero un día entre en una barca desconocida, todo parecía hermoso, pero poco a poco el cielo se oscureció y se rasgo con enceguecedores relámpagos y la noche se hizo oscura, muy oscura y al instante tuve miedo. -¡Yo tengo miedo!, a veces me asustan mis propios pensamientos cruzan como relámpagos y me estremecen como truenos y tengo miedo, otras veces son las circunstancias a mi alrededor que golpean con fuerza esta mi débil barquilla y al tiempo tiemblo. Entonces grito y no me da vergüenza, y vuelvo a repetir las palabras de los marineros de Galilea: - ¡Señor sálvame que perezco!. ¡Señor no se qué hacer!, tengo miedo. Seguido, tres breves escenas, solo tres. Primero; Una mirada de reproche, ¿Por qué dudaste hombre de poca fe?;  Segundo: una palabra de autoridad: - ¡MAR CALLA Y ENMUDECE!; Y tercero, una mano extendida hacia mí de seguridad, y la tomo. Al instante llegamos a la orilla.  - ¡Ahora no tengo miedo! Ya no me asustan los relámpagos ni las tormentas que sacuden, en la barca de mi vida hay un lugar seguro, allí está el maravilloso Señor Jesús él está conmigo. Puedo llamarlo y el atiende. Después, que he vivido la experiencia comprendo a otros, y ahora, -¡NO TENGO MIEDO!
Ahomecat. San Felix Venezuela 2000